Arántzazu Ruiz


Arántzazu Ruiz


-Nací en Vila-seca, un pueblo de la provincia de Tarragona, en el seno de una familia trabajadora. Estudié en la escuela pública y eso me inculcó el valor del trabajo, la constancia y el esfuerzo. Creo que eso se aprecia en mi trabajo. Para mí es algo vocacional. Yo de pequeña ya cantaba, hacía teatro, montaba bailes, imitaciones y me encantaba ver películas. Me gustaba contarle historias a la gente y hacerles feliz con eso.Cuando era muy pequeña, me gustaba mucho Marisol. En casa también se veía mucho cine español de estreno y Victoria Abril me tenía fascinada. Aunque la mitad de las historias en las que aparecía eran complicadas para una niña de 10 años, sabía que lo que ella hacía era auténtico. Después me fijé en gente anterior a mí: me gustaba la música de los 60 – 70, las películas antiguas. Sacaba de la biblioteca libros sobre Jim Morrison, Janis Joplin, películas de Hitchcock, Kubrick…No debía entender ni la mitad pero pensaba que si eran clásicos debía de haber algo ahí interesante.
-Yo creo mucho en la formación. Me gusta estudiar porque soy muy curiosa. En estos momentos he vuelto a la universidad y estoy estudiando un máster de escritura de guión y he recuperado esa sensación de placer por el conocimiento; así que me parece básico. También creo que mostrarse ante el público es la segunda parte del aprendizaje. No sirve de nada hacer mil cursos de teatro si no vives el día a día de actuar en un escenario o frente a una cámara. ¿Leer libros sobre guión y no ponerte a escribir? ¿Qué sentido tiene?
Ahí es donde bajas las ideas a tierra y pones en marcha las herramientas que tú te vas haciendo para desarrollar tu oficio.
-Hubo una época en que era más soñadora respecto a la idea de fama y éxito. Ahora creo que no todo el mundo necesita, puede o sabe ser una estrella. Para mi el “estrellato” es desarrollar bien mi trabajo, que el público y los compañeros tengan ganas de seguir contando conmigo para próximos proyectos y que mi trabajo se remunere de forma correcta. La fama y popularidad, fuera del ámbito de los profesionales que pueden contratarme, es durísima; una gran responsabilidad.
-Por supuesto hay desafíos relacionados con el género,como en la mayoría de ámbitos. Creo que necesitamos estar presentes en todas las formas de representación para poder dejar de reivindicarnos como una cuota. Tenemos tanto derecho a estar aquí como nuestros compañeros. Ahora nos toca estar más activas que nunca. ¿No me dan papeles porque soy mujer de X edad? Me los escribo yo, desarrolló proyectos, apoyo a otras compañeras… Miras hacia atrás en la historia del arte y el papel permitido a la mujer es tristísimo, pero lo estamos cambiando y nadie nos está regalando nada.
-Dejando a un lado el parón que estamos sufriendo a nivel mundial con el Covid-19, la situación en mi país es menos fácil. Me resulta curioso que un país tan pequeño como España, pero a la vez tan fructífero en talento y artistas, con tantos embajadores artísticos que nos representan, trate tan mal a la cultura. Somos un país con tendencia a acomplejarse y no vemos el valor de la gente y lo que somos capaces de hacer. Se invierte poco dinero, tanto a nivel público como privado y no se anima a la gente a consumir nuestro arte. Me llama la atención gente que se enorgullece de no ver cine español o series españolas. ¡Como si tuvieras que elegir! Yo intento ver de todo y me faltan horas. ¿por qué perderme las cosas buenas que hay a mi alrededor, vengan de donde vengan? 
-Para nuevas obras, primero necesito estar ilusionada. Eso suele ser algo fácil porque me interesan muchísimas cosas y soy entusiasta por naturaleza. Me gusta saberme muy bien el texto antes de empezar los ensayos y entender bien al personaje. También me gusta documentarme. Intento leer, escribir o ver películas que me hablen del personaje o temas de la obra. Luego lo olvido todo y confío en que lo que necesito ya está en mí. Entonces intentó trabajar desde el instinto.
Soy muy buena alumna: me gusta calentar, tener una metodología… supongo que es inseguridad, pero me da algo a lo que cogerme cuando “el genio” no se presenta.

Arántzazu Ruiz

-El acceso de casting es complicado, o lo parece. Una vez ya te han visto, si has hecho un buen trabajo, aunque no te hayan seleccionado, es más fácil que vuelvan a contar contigo. Pero romper esa barrera del “querer verte”, es menos fácil. En general hay pocos castings. En teatro es muy complicado, salvo cuando son espectáculos musicales o producciones con mucho, mucho elenco. También entiendes que la gente que pone el dinero, los creadores que corren el riesgo y levantan el proyecto, quieren tener garantías. No sólo ya de calidad sino de cómo se va a comportar esa persona como profesional y compañero. Lo encuentra competitivo muchísimo. NI tengo un look ni una edad para los que abunden papeles. Pero eso ya lo descubrí hace años. Por eso escribo, levanto mis proyectos y cultivo otros aspectos. No me gusta sufrir por cosas que quedan fuera de mi control.
-Actualmente estoy desarrollando varios proyectos de guión, para cine y tele. Tengo varios proyectos de teatro, como actriz, para el año que viene: “Sex Escape” que vuelve al Nuevo Teatro Alcalá en octubre, una nueva producción del Eixample Teatro que estrenaremos también en Madrid y la obra “El mal morir”, de Adrià Olay. Un texto precioso al que le tengo muchas ganas. Una comedia negra y tierna sobre el final de la vida. 
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